Los nuevos modelos de familia, las parejas mixtas, las corrientes de migración geográfica o los sistemas educativos modernos, más abiertos a la enseñanza de una segunda lengua, están abriendo una ventana de oportunidad al aprendizaje temprano de idiomas.
Ya sea por una cosa o por otra, cada vez es más y más frecuente encontrarse con niños totalmente bilingües, capaces de hablar en otro idioma además de la lengua materna. Ya sea por iniciativa personal de los padres o porque uno de los progenitores (o ambos) habla una lengua diferente, o por haberlos matriculado en un centro que realmente fomente el bilingüismo, la apertura a otros idiomas desde el nacimiento es uno de los mayores regalos para los ‘peques’. A esta edad, el cerebro procesa la información de manera diferente, favoreciendo el aprendizaje y estimulando otras áreas relacionadas con el desarrollo intelectual y emocional.
Del segundo al tercer año de edad, se da un desarrollo importante en el lenguaje. Generalmente, el vocabulario aumenta de trescientas palabras a mil palabras. La primera infancia es la etapa con mayora plasticidad cerebral, por lo que es crítico que la exposición a estímulos constantes en el desarrollo del lenguaje se de en los primeros años de vida.
Los estudios de la adquisición de una segunda lengua apuntan que en edad temprana es más fácil y más efectiva la adquisición de una segunda lengua. Dichos estudios reportan que conforme aumenta la edad, disminuye la facilidad para adquirir el segundo idioma. Del mismo modo, se afirma que hay una mayor habilidad lingüística cuando se adquiere el lenguaje en edad temprana.
La exposición oral a un segundo idioma en los primeros años de vida trae consigo consecuencias positivas. Los resultados de varios estudios revelan que entre más temprano se aprenda el segundo idioma, mayor es la densidad de la materia gris en el cerebro. Reitera que es mejor adquirir una segunda lengua temprano porque el cerebro es más capaz de acomodar la nueva información recibida y afirma que esta habilidad cerebral disminuye con el tiempo.
Eso sí: para que el niño se considere bilingüe, al menos el 20 por ciento del habla dentro y fuera de casa debe ser en ese idioma. Todo un reto para los padres, que multiplican sus posibilidades de éxito si comienzan a inculcar ambas lenguas desde la cuna, cuando el cerebro, mucho más abierto y receptivo que en cualquier otra etapa de la vida, almacena ambos idiomas en el mismo área, interconectándolos como si fuesen iguales y eliminando la necesidad de ‘traducir’ de uno a otro.
Estimulando el lenguaje, en forma natural, por medio del diálogo y el juego, el cerebro puede aprender. El niño/a es constructor activo de su conocimiento y por medio del juego construye conceptos lingüísticos que lo hacen más competente en el lenguaje. Los niños/as necesitan estar expuestos desde temprano a modelos positivos y adecuados que les brinden las herramientas necesarias para adquirir conocimiento en esa segunda lengua. Sin embargo, es importante recalcar que a pesar de que los niños/as sí están cognitivamente preparados para absorber un segundo idioma, deben estar siendo estimulados correctamente. Cuando los niños/as reciben estimulación apropiada, su cerebro construye nuevas conexiones neuronales que a su vez aumentan su capacidad.
Links de interés
European Centre for Modern Languages
http://www.ecml.at/
British Council, website for children learning English – LearnEnglishkids
http://www.britishcouncil.org/kids.htm
Piccolingo Campaign for early language learning
http://www.piccolingo.eu
Early Languajes Learning in Europe
http://www.ellieresearch.eu/
Chinese Language Learning in the Early Grades
http://asiasociety.org/education/chinese-language-initiatives/chinese-language-learning-early-grades
Teach English Language Learners (ELL) through Music
http://www.kindermusik.com/schools/english-language-learning-curriculum/